Referencias
Mi ex novio nunca me golpeó, sus ataques eran en su mayoría verbales. No me había dado cuenta de lo mucho que me afectaba. Desarrollé un trastorno alimentario y un caso grave de insomnio, pero no lo relacionaba con la violencia que había sufrido. Un amigo me convenció para ir a ver a un psicólogo, que me diagnosticó un trastorno de estrés postraumático. Estuve en tratamiento durante varios meses. Hoy me siento mucho mejor.
Después de nuestra separación, caí en una depresión. Siempre me sentía cansada y agotada. Ya no podía hacer ciertas tareas diarias. Me sentía inútil. Empecé a tener pensamientos suicidas. Ahí es cuando decidí ver a un psiquiatra. Me tranquilizó que lo que estaba pasando era normal y que no tenía ninguna enfermedad mental.
Tras la separación de mi pareja, me encontraba en una situación muy difícil: No tenía papeles, ni trabajo, ni dinero. Necesitaba acudir a un médico, pero ni siquiera sabía cómo iba a ser capaz de pagarlo. Descubrí que podía obtener ayuda médica estatal, y eso supuso un gran alivio. Pude ver a un médico y recibir la medicación que necesitaba sin pagar nada. Desde entonces he obtenido un permiso de residencia que me ha permitido encontrar un trabajo, así que ya no necesito esta ayuda.